En cualquier lugar de trabajo existen diferentes tipos de personalidades. Es natural que de vez en cuando se produzcan enfrentamientos, e incluso los buenos empleados suelen actuar a veces de forma contraproducente para los objetivos de la empresa.
Sin embargo, de vez en cuando puede haber personas que muestren rasgos de comportamiento que sean perjudiciales para quienes los rodean y causen daños a largo plazo para la empresa y otros empleados. A continuación veremos algunos ejemplos de los comportamientos tóxicos más comunes, con ejemplos de cómo puedes erradicarlos.
La negatividad personalizada
Existe en todos los entornos laborales: el individuo que considera los cambios en cualquier práctica laboral como una afrenta personal. Son críticos con la administración, con los compañeros, con la temperatura de la oficina, con la duración de las reuniones… siempre están haciendo ruido, pero no parecen tener quejas específicas, solo una interminable letanía de lamentos por cómo se hacen las cosas que vuelve locos a sus compañeros.
Estos individuos son kriptonita para la motivación de los demás empleados; los demás trabajadores que obtienen buenos resultados pronto bajan al mismo nivel que este individuo, y esto puede hacer que la apatía aparezca en el lugar de trabajo.
Es importante que los gerentes se den cuenta de que los empleados a menudo expresan preocupaciones válidas y que esto no es necesariamente una señal de una actitud negativa. La mejor técnica para lidiar con los empleados negativos es darles una amplia oportunidad de poner sus preocupaciones válidas encima de la mesa ya sea mediante reuniones periódicas o incluso mediante un buzón de sugerencias. Sin embargo, si no están dispuestos a hacerlo o no tienen cambios constructivos que sugerir, este es el punto en el que deberás alentarlos a cambiar su actitud hacia el trabajo.
El acosador
Si hay algo difícil de demostrar es el acoso laboral. Sobre todo, porque quienes acosan a un trabajador saben muy bien cómo hacer daño sin que esos ‘ataques’ sean visibles a simple vista, pero las consecuencias pueden ser desastrosas para quien lo sufre. Un estudio de la Asociación contra el Acoso Psicológico y Moral en el Trabajo, con datos de 2017, concluye que en España un 15% de los trabajadores sufre mobbing en su entorno laboral. Soportar esta situación agrava e incrementa las posibilidades el riesgo de sufrir un problema cardiovascular.
La intimidación puede tener un efecto catastrófico en la motivación de los empleados, con una productividad reducida, ausentismo y una mayor rotación del personal que tienen un impacto directo en el bienestar de la empresa. También prospera y se propaga en organizaciones donde existe una cultura del miedo.
CCOO advierte que la burocracia y la lentitud judicial desaniman a los trabajadores para iniciar cualquier acción judicial. También afirma que en el 71% de los casos, la respuesta del empleador a un reclamo de intimidación agrava el impacto del comportamiento en el objetivo. Además, el acoso a menudo puede ser discriminatorio, por lo que es imperativo que tengas y utilices una amplia gama de sanciones disponibles para acabar con el acoso. Éste debe hacerse visible y ponerle freno cuanto antes. No importa lo importante o valioso que se considere a ese empleado, si acosa a otros compañeros se convierte en un problema social y económico para la empresa que tiene que ser gestionado ASAP. Si tras las medidas disciplinarias apropiadas el empleado sigue mostrando el mismo comportamiento, deberá ser despedido.
El intrigante narcisista
Los lugares de trabajo prosperan cuando todos los empleados se unen para lograr un objetivo común. Sin embargo, es frecuente que algunas personas permitan que el interés propio enturbie su juicio, y esto puede socavar el desempeño del equipo. Asumir el mérito del trabajo de otros, denigrar sus contribuciones y el uso de chismes maliciosos son las características típicas del intrigante.
Como gerente, es esencial que reconozcas este comportamiento por lo que es y evites convertirte en un cómplice de las estratagemas del intrigante. En cambio, desafíalos por sus acciones y enfatízales la importancia de lograr las metas del equipo sobre el avance individual.
Es importante darse cuenta de que los empleados son solo humanos y ocasionalmente cometen errores. Sin embargo, no se puede enfatizar lo suficiente el impacto de la cultura en el desempeño de una organización.
El comportamiento tóxico de un individuo puede crear una cultura tóxica que sea perjudicial para que la empresa logre sus objetivos, y esta cultura, una vez establecida, puede ser casi imposible de cambiar y llevar la empresa a la ruina. Por lo tanto, es imperativo que se trate a los empleados tóxicos con rapidez y firmeza para fomentar un entorno de trabajo positivo.
2 Comentarios
Me ha gustado
Saber reconocer y actuar frente a ún entorno laboral toxico es primordial para la salud de cada persona que forma esta empresa.
También es necesario definirlo para el bien de la empresa
Hola Pilar, un entorno de trabajo tóxico puede hacer mucho daño a los empleados, por eso es primordial atajar estos comportamientos de raíz y evitar los “reinos de taifas” que se dan en los departamentos de muchas empresa. ¡Gracias por leer!