Cada vez con mayor frecuencia los clientes se fijan en las prácticas empresariales de los negocios que utilizan. Los consumidores esperan un comportamiento ético de éstas empresas y si sufren una crisis de reputación, es casi imposible que una empresa la recupere. Dirigir una organización con una sólida cultura empresarial basada en valores éticos es imprescindible hoy en día.
No hay atajos para conseguir unas prácticas éticas, pero hay unos pasos que los gerentes pueden tomar para inculcarlos en sus negocios. Estos son cinco de ellos.
Desarrollar estándares éticos claros
¿Qué significa la palabra “ética” para ti? ¿Cómo sería un negocio ético en la práctica?
A menudo decimos que nos gustaría tener un lugar de trabajo ético, pero luego nos resulta difícil precisar lo que eso significa. Si realmente deseas cambiar la cultura de tu empresa, deberás poder articular cómo deseas que sea y se muestre a los demás ese cambio.
Escribe una lista de estándares éticos y desarrolla en qué consisten. Por ejemplo, no te limites a decir: “Los empleados deben ser transparentes”. En su lugar, define esa transparencia diciendo: “Los empleados deben divulgar todas las tarifas por adelantado antes de cerrar cualquier venta”. Recuerda que a las personas les resulta más fácil adoptar acciones concretas que ideas abstractas.
Comunica tus estándares a los demás
Una vez que hayas creado una lista clara de estándares éticos para tu negocio, asegúrate de comunicarlos a cada uno de tus empleados. En el proceso, solicita comentarios para asegurarte de que los entiendan. Es posible que necesites ajustar algunas de las palabras después de compartirlas con tu personal, y eso está bien. De hecho, incorporar sus aportes ayuda a que se sientan identificados con ellos, lo que hace que los empleados estén más dispuestos a cumplir con los estándares.
Una vez que se hayan perfeccionado, encuentra una manera de comunicar estos estándares con regularidad. Pueden colgarse en un lugar destacado, leerse antes de las reuniones o incluirse en el proceso de onboarding y en la cultura de la organización. Consúltalos con frecuencia para que formen parte del léxico de tu empresa.
Modela esos estándares
No vale eso de “haz lo que digo, no lo que hago” cuando se trata de un comportamiento ético. Tus empleados verán lo que haces y cómo te comportas, si tu mismo no estás cumpliendo con los estándares que estableciste, ellos se sentirán autorizados a hacer lo mismo. Muestra lo importante que es la ética para ti cumpliendo con el código ético de tu empresa.
Crea responsabilidad pública
Saber que tus empleados están observando lo que haces genera una motivación para que tu actúes de manera ética. Saber que los clientes están observando también puede motivar a todo su personal.
Haz que sea una prioridad para el público conocer cuáles son tus estándares éticos. Puedes publicarlos en tu web e incluirlos en materiales promocionales. Informa a los clientes de lo que deben esperar de ti y de tu empresa y ellos lo harán.
Imponer recompensas y consecuencias
Finalmente, deben existir claras consecuencias de causa y efecto para cualquier persona, incluido tu mismo, que tome atajos o cruce los límites éticos, y recompensar a quienes se adhieran a ellos.
Las recompensas y las consecuencias deben ser transparentes para que todos los empleados comprendan cómo funciona el sistema y se sientan motivados para hacer lo correcto. Otorgar beneficios, suspender privilegios o dar un reconocimiento público positivo u ofrecer disculpas internas son formas de reforzar la ética positiva o castigar las tácticas desagradables.
2 Comentarios
Aunque parezca obvio, nunca está de más recordarlo, el día a día , el estrés, las rutinas, pueden llevarnos a olvidarnos o cuidar poco estás prácticas. Sin embargo, hay mucho que perder.
Gracias por tus artículos Beatriz. Siempre al grano, siempre realistas.
¡Gracias por leer!