A lo largo de los años, la cultura empresarial ha demostrado tener un impacto significativo en las empresas, los empleados y el trabajo que realizan. La cultura de la empresa representa el entorno laboral en el que interactúan los gestores y los empleados, en esencia, abarca la misión, los valores, la ética, los objetivos y la atmósfera general del lugar de trabajo de una empresa. Su existencia en la oficina, buena o mala, es inevitable e influyente.
Sin embargo, existen importantes beneficios de tener una cultura laboral saludable. Según Forbes, las empresas con una sólida cultura empresarial experimentaron un aumento de cuatro veces en el crecimiento de los ingresos. Además, Gallup descubrió que los empleados altamente comprometidos, un subproducto de una cultura empresarial productiva, vieron un aumento del 10% en las calificaciones positivas de los clientes y un aumento del 20% en las ventas.
La cultura en la empresa es esencial para un entorno de trabajo productivo. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la cultura comienza a convertirse en un culto? Cuando la gerencia comienza a tratar de controlar los pensamientos, el comportamiento e incluso la comunicación de los empleados en nombre de la “racionalización de la cultura de la empresa”, el entorno puede comenzar a volverse restrictivo y dañino. Entonces, ¿a qué debes prestar atención y cómo puedes evitarlo? Sigue leyendo para conocer algunos consejos y sugerencias.
1. Cuando la empresa se convierte en “lo único importante”
Si bien los empleados pueden pasar la mayor parte del día en el trabajo, el trabajo no debe fluir en todos los aspectos de la vida de una persona. En su forma tradicional, las sectas buscan infiltrarse en cada una de las partes de la vida de una persona mientras la aíslan de la familia, los amigos y las cosas que disfrutan. Si a los trabajadores se les obliga a planificar cada parte de su vida en torno al trabajo y lo que los empleadores pueden requerir, entonces la empresa puede estar tambaleándose en un comportamiento intrusivo parecido a una secta.
Cómo evitarlo: ten claro cuándo comienza y cuándo termina el trabajo. Promulga una política transparente de vacaciones y tiempo libre que permita a los trabajadores desconectar y convierta el equilibrar el trabajo y la vida personal en una prioridad. Además, asegúrate de que los gerentes practiquen lo que predican para marcar la pauta.
2. Rechazo de opiniones disidentes
Muchas empresas “de culto” pueden hacer un espectáculo de que quieren un pensamiento innovador y original, pero sus verdaderas intenciones pueden ser lo opuesto a lo que están exhibiendo. Por ejemplo, si se anima a los empleados a dar opiniones auténticas, pero luego se les condena al ostracismo en secreto o incluso públicamente por tener una opinión disidente o ir contra la corriente, esto muestra una inclinación por utilizar la “presión de los compañeros de la empresa” para controlar el comportamiento de los empleados. No hacfe mucho un popular gigante tecnológico de las redes sociales fue acusado de esto.
Cómo prevenir esto: si bien es vital que todos los empleados estén en el “mismo equipo”, es fundamental reconocer que las empresas están en su mejor momento cuando permiten el pensamiento independiente. Quieres empleados que sean creativos y con visión de futuro, incluso si no están de acuerdo contigo o con lo que la mayoría opina. Su disensión puede ser el catalizador de un nuevo proyecto exitoso.
3. Exigir a los empleados que participen en actividades no esenciales para ejemplificar la “cultura”
¿Estás pensando en montar eventos sociales para empleados? ¡Excelente! Sin embargo, ¿cuál es el propósito? ¿Se utilizará como barómetro para juzgar lo “dedicados” que están los empleados a su trabajo? Alternativamente, ¿se utilizará legítimamente como una forma para que los empleados se conozcan entre sí sin ninguna presión? Hay bastantes empresas que se suscriben al primero, sin embargo, es algo que puede resultar muy dañino a largo plazo. Si se invita a los empleados a participar en una actividad no esencial (comida y aprendizaje, un juego de tenis de mesa o la hora feliz de la empresa), deben poder rechazar la oferta sin ser excluidos o rechazados por no “adherirse a la cultura”.
Cómo prevenir esto: debes ser intencional acerca de los beneficios y las actividades no esenciales que incorporas a tu entorno de trabajo. Si deseas que todos los empleados sean parte de algo, procede con anticipación. No se debe decir que no es esencial asistir a algo cuando en realidad se juzga a los empleados si lo hacen o no. La actividad no esencial debe tener un propósito genuino, y si los empleados optan por no participar, eso debe ser aceptado.
4. Una falta general de transparencia
¿La reunión de equipo sigue cumpliendo su propósito previsto? El objetivo debe ser que la alta dirección sea transparente sobre el rumbo de la empresa y el papel de todos. No hacer esto puede llevar a que una empresa tome el camino de convertirse en una secta. Los empleados deben escuchar la verdad y se les debe permitir hacer preguntas, si el liderazgo evita las consultas directas o no proporciona respuestas legítimas, entonces la personalidad de la empresa está comenzando a rayar en una secta.
Cómo evitarlo: haz de la autenticidad y la transparencia un valor de la empresa y ejemplifica esto mismo en la mayor medida posible. Trabaja para generar confianza entre tu, el liderazgo sénior y cualquier empleado de nivel inferior, para que todos se sientan lo suficientemente cómodos como para ser transparentes con respeto.
Toda empresa debe esforzarse por tener una cultura que promueva la comunicación, la seguridad y la creatividad saludables, estos valores son excelentes adiciones a la cultura empresarial. Sin embargo, la cultura nunca debería ser algo engañoso o que pueda llevar a error. Cuando se trata más de “mostrar” que de “ser” auténtico, la cultura de la empresa puede convertirse rápidamente en un culto. Por lo tanto, intenta fomentar una cultura que promueva el pensamiento independiente y la transparencia.